domingo, 17 de mayo de 2015

Sin una información plural no hay democracia

Está claro que nuestro sistema de gobierno dista mucho de ser una democracia. Hay muchas cosas que corregir para que lo sea. Que los ciudadanos mayores de edad voten cada cuatro años sirve para aparentar que hay democracia.
Para que lo sea de verdad hacen falta muchas más cosas. Por ejemplo que los ciudadanos tengan acceso a la información real de lo que sucede y puedan sacar sus propias conclusiones. El 98% de los medios de comunicación que nos sirven las noticias pertenecen al mismo conglomerado. Hablamos de televisiones, radios y periódicos. Y aquí se incluyen los medios públicos nacionales y los autonómicos, que sirven a los mismos patrones. La primera norma de una democracia es la transparencia. Y para que haya transparencia tiene que haber pluralidad en los medios. Es decir, tienen que servir a distintos dueños, a distintas tendencias, a distintas ideologías. Un medio de comunicación serio es el que diferencia perfectamente lo que es información, de lo que son opiniones y de lo que es publicidad o propaganda. Antes había alguno. Ahora, ni El País, que en su último lavado de imagen mezcla información, opinión y propaganda en la misma papilla que todos. Establecer una pluralidad informativa debería ser el primer paso para arreglar nuestra democracia. Es el más difícil de todos. A los que mandan no les interesa.

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