martes, 16 de diciembre de 2014

La falsa polémica del escudo


Hace un par de semanas Acción Chinchilla repartió un folleto fotocopiado con el ánimo de darse a conocer entre la ciudadanía. Explica quiénes son, cómo conectarse con su web y nos felicita las navidades. Pero, también, nos muestra su talante. Todo lo anterior me parece legítimo. El que muestre sus intenciones políticas también. Lo que a mí me preocupa es el modo en que lo han hecho.

lunes, 8 de diciembre de 2014

Negra manipulación

El primer principio de la democracia es que los ciudadanos conozcan qué está pasando para que puedan reflexionar sobre ello y sacar conclusiones. Las conclusiones sirven para obrar en consecuencia. En la democracia que nos queda, el obrar en consecuencia significa votar.

lunes, 1 de diciembre de 2014

La sombra de la duda

Llevamos varias semanas observando cómo los medios de comunicación se afanan en desacreditar a Podemos.
Y no porque los responsables nacionales de Podemos lo estén haciendo peor que antes, sino porque a los dueños de los medios de comunicación nacionales, que en España son todo menos independientes, no les interesa que gane Podemos.

lunes, 24 de noviembre de 2014

Populismo

Dime de lo que me acusas y te diré de lo que te avergüenzas. Ves la paja en el ojo ajeno y no ves la viga en el propio. Son proverbios, es decir píldoras de sabiduría popular, que siguen funcionando. Para entendernos, últimamente, oímos mucho a los políticos acusar a los demás partidos, a los que no son el suyo propio, de populistas.

lunes, 17 de noviembre de 2014

La marca España

A lo mejor, de verlo cada día, empezó a parecernos normal y hemos dejado de verlo. Por eso conviene recordarlo. Vivimos en un país que tiene siete millones de parados, entre los que se apuntan al Inem, los que han desistido ya de apuntarse y los que están subocupados, es decir que no ganan lo suficiente para vivir.

lunes, 10 de noviembre de 2014

En busca de la verdad perdida

Una empresa holandesa se dedica a vender noticias a los medios de comunicación y le va bien. ¿Cómo es posible que en los tiempos que corren alguien pague por las noticias? Y que ese alguien sean precisamente medios de comunicación de prestigio.
Es un síntoma de lo que nos está pasando. Estamos saturados de información. Radios, televisiones y periódicos, pero sobre todo redes sociales, distribuyen una catarata de noticias que se renuevan en cada minuto.
Esto presenta varios problemas: un problema de comprobación. Es imposible saber hasta qué punto son ciertas las noticias que nos llegan. A veces las damos por ciertas porque nos fiamos de las fuentes. Otras, simplemente porque queremos que sean ciertas. O porque no tenemos tiempo de andar haciendo comprobaciones.
Un segundo problema, no menos grave, es que las noticias nos llegan siempre teñidas de opinión. Rara vez se nos da lo sucedido en estado puro para que pensemos. De hecho, no da tiempo de pensar. El que nos da la noticia nos está danto también algo más que su punto de vista, nos intenta convencer de que los protagonistas son buenos o malos o que lo están haciendo bien o mal.
Si tenemos en cuenta que hay una gran concentración de medios, es decir que la mayoría de las televisiones, por ejemplo, son de los mismos dueños, la conclusión es que no recibimos noticias, sino mensajes que tratan de convencernos. No estamos siendo informados, estamos siendo convencidos. No escuchamos noticias, escuchamos propaganda.
¿A quién le puede extrañar que alguien pague por las noticias en estado puro? Es la única manera de acercarnos a la realidad tal como es, algo cada vez más raro en el mundo en que vivimos.


lunes, 27 de octubre de 2014

Corrupción

De pronto, la corrupción ha estallado, igual que en su día estalló la burbuja inmobiliaria. De un modo muy parecido. Todo el mundo presentía que la corrupción había engordado tanto, estaba tan generalizada, abultaba tanto ya, que parecía imposible que siguiera escondida, sin salir a la luz. Y no es que pareciera, es que era imposible que siguiera escondida.
Las palabras Gürtel, Bárcenas, Noos se han convertido en familiares y parece que se adelgazan cuando otras palabras se superponen a ellas. Las cuentas ocultas de Pujol y su familia, las tarjetas negras de Bankia, el recién desenterrado caso de los alcaldes de Madrid. A estas alturas, uno empieza a preguntarse si hay algún político que haya estado o siga en el poder, que no esté implicado en alguna trama.
Es muy evidente que toda esa corrupción, más que una red, forma una madeja. Y que si lo estamos pasando tan mal, no es porque nosotros hayamos vivido por encima de nuestras posibilidades. Qué lástima. Sino porque todos esos y esas cuyos nombres afloran como imputados, todos los que seguirán aflorando, ojalá, han estado gastando a manos llenas, con desconsideración y, por cierto, con muy poco gusto, a nuestra costa.
La justicia en España es lenta y sigue enredada en el mismo entramado contra el que está luchando. Demasiados de estos imputados, antes de caer del todo, se han llevado por delante a jueces justos. Está bien que afloren todos estos casos, le alegran a uno por un rato el duro día a día. Estaría mejor que los que tenemos que votar en las próximas elecciones tomáramos nota y votásemos más con la cabeza, o por lo menos con la cartera, que con la devoción hacia los mismos de siempre.

Pero aún estaría mejor que los que ganen cambien de una vez las reglas del juego. Porque la corrupción puede que sea inevitable, pero las reglas del juego son las que han permitido que hasta la fecha la corrupción viva de rositas. Estoy seguro de que se pueden cambiar las leyes para ponérselo infinitamente más difícil de lo que lo han tenido.

lunes, 20 de octubre de 2014

La ilusión sigue viva

Este fin de semana, Podemos ha celebrado un congreso para constituirse como Partido, para fundarse de manera formal.
La ilusión sigue viva. La ilusión que ha generado entre millones de españoles de que es posible hacer las cosas de una manera distinta a como las han venido haciendo los partidos tradicionales ha llenado el Palacio de Vista Alegre de Madrid.
Pero los peligros que en su día anunciamos se ciernen cada vez más.
Los medios de comunicación que sustentan el sistema, que son casi todos, han pasado al ataque. Primero intentaron desacreditar a los líderes de Podemos. Un intento tan burdo que lo que hizo fue reforzarlos más que hacerles daño.
Ahora, con más tiento, hablan y no paran sobre la división que parece existir entre el líder Pablo Iglesias y uno de los eurodiputados, Pablo Echenique. Básicamente, Echenique considera que hay que dejar el mando del Partido en varias personas, mientras que Iglesias propone que haya un solo líder.
El telón de fondo del debate es más delicado. Iglesias sostiene que el verdadero objetivo de Podemos son las elecciones generales que decidirán la presidencia del Gobierno, y que se celebran en noviembre del año que viene. Pero antes llegarán las autonómicas y las municipales, en mayo. Iglesias cree que Podemos no está preparado para presentarse con garantías a las elecciones municipales en un montón de localidades. Es imposible controlar que se presenten oportunistas, de los que vienen rebotados de otros partidos, incluso del PP, como sucede en Chinchilla, y ahora se cuelgan el cartel de Podemos como si fueran demócratas y asambleístas de toda la vida.
El problema sería que esa casta de oportunistas, de paracaidistas como se les llama en el argot, gane en esos ayuntamientos. Y que en unos pocos meses, los que van de mayo a noviembre, hayan desnaturalizado y debilitado la pureza de Podemos.
Desde fuera, está claro que lo más inteligente es evitar que eso suceda. Le doy la razón a Iglesias. Como lo más inteligente es no mezclarse con ninguna otra fuerza, aunque sobre el papel pueda considerarse afín. Hay que mantener entre algodones la ilusión generada, la ilusión de romper de una vez el bipartidismo que monopoliza la democracia. Esa ilusión en cierta manera nos pertenece a todos, incluso a los que no estamos con Podemos.


lunes, 13 de octubre de 2014

Sentimientos que nos ciegan

Supongo que han observado cómo funcionan las noticias. Cada semana hay un tema estrella del que todos los medios hablan sin parar, como si no existiera otra cosa. Poco a poco el tema va perdiendo fuerza, pero antes de que se apague del todo, aparece otro tema estrella que lo sustituye.
Hace dos semanas eran las elecciones catalanas. Esta última semana ha sido el ébola. Así funcionan los medios y así nos hacen funcionar.
Son temas que despiertan sentimientos fuertes. El de las elecciones catalanas está bien elegido porque a muchos catalanes les cabrea que no les dejen pronunciarse y a muchos no catalanes les cabrea que los catalanes se sientan especiales y quieran separarse. Aunque no son tantos los que quieren separarse y hay muchos no catalanes que sabemos que el asunto no es cosa de todos los catalanes, el cabreo está servido.
Lo del ébola era un asunto marginal de los telediarios, hasta que lo trajeron a España. Tuvieron que traerlo dos veces, y dar lugar a que se infectara una sanitaria para convertirlo en tema estrella. Esta vez, el sentimiento que despierta no es cabreo, sino miedo. También vale.
Se diría que los informativos no pretenden tanto informar como azuzar sentimientos fuertes como el miedo y el cabreo, sentimientos que ciegan, que cortocircuitan la reflexión sosegada.
Son cada vez más los que desconfían de las noticias, los que buscan el gato encerrado del ébola, lo que rastrean en internet vídeos alternativos donde nos cuentan que hay soluciones naturales para la enfermedad o que nos confirman que hay epidemias peores y más peligrosas de las que no se habla tanto.
Pero quienes desconfían al fin y al cabo siguen dándole vueltas al ébola. A mí me preocupa más de qué no se habla cuando se habla tanto de una sola cosa, que están queriendo ocultar, queriendo tapar, que están tratando que olvidemos.

¿Se han fijado cuánto hace que no se habla de los sobresueldos del PP, del caso Gürtel o cómo las tarjetas opacas de Caja Madrid y Bankia ocupan mucho menos espacio en las portadas del que ocuparían si no hubiera tanto ébola y tanto nacionalismo catalán? Y eso que nos tocan a todos y mucho más cerca, en el bolsillo.

lunes, 23 de junio de 2014

Bajan los impuestos a los ricos

Hubo un tiempo en que temíamos la llegada de cada nuevo viernes porque el consejo de ministros de Rajoy nos daba al menos una mala noticia semanal, que solía coincidir con su reunión de este día. Las malas noticias se fueron acumulando, salimos a las plazas a protestar, y llegó un momento en que parecía que la situación iba a estabilizarse, que no podía empeorar más. Cabía la esperanza de que al acercarse las próximas elecciones, este gobierno del PP iba a dar alguna pincelada de cal para congraciarse al menos con sus partidarios, una vez que ha desbaratado por completo el estado del bienestar.
Pero no. Sigue actuando. Lo hace de tapadillo, camuflando sus decisiones detrás de nubes de humo. Pero no por ello sus decisiones dejan de ser terribles. La última, oculta tras el barullo por el cambio de rey, ha sido la de bajar los impuestos. Bajar los impuestos, he aquí una frase típica de derechas, que parece gustarle a todo el mundo. A todo el mundo que no se pare a pensar.
Todo el mundo está de acuerdo con que el principal problema del país es el desempleo generalizado, desproporcionado, durísimo. La historia ha demostrado que la única salida al problema del desempleo es que el propio Estado invierta para crear puestos de trabajo. Y hacen falta. Hacen falta médicos, enfermeras, profesores, funcionarios en general, y hacen falta inversiones en infraestructuras y hacen falta inversiones en investigación. Este país necesita que el gobierno invierta en mejorar la situación, y de paso en crear puestos de trabajo. Todo junto.
¿De dónde saldría el dinero para esas inversiones? De los impuestos. Especialmente de los impuestos de los que más tienen, que están pagando poco. Las empresas que más ganan vuelven a tener beneficios importantes, mientras la mayor parte de la población sigue penando. ¿Y qué hace el gobierno? Les baja los impuestos. Dicen que se los bajan a los que menos ganan, pero es mentira. A los que se los bajan de verdad es a los más ricos, a los que más tienen. Hasta 11 mil millones de euros menos se van a dejar de ingresar. 11 mil millones que podrían destinarse a inversiones y a crear puestos de trabajo. Impuestos directos.

¿Qué nos queda? Los indirectos, el IVA, el impuesto sobre hidrocarburos, el impuesto sobre electricidad, los que pagamos igual todos, los que tienen y los que no tienen. Y por eso precisamente, los impuestos que no pueden ser progresivos, los impuestos injustos. Es decir, que lejos de pensar en arreglar la situación, lejos de trabajar para reducir el paro, lo que están haciendo es aumentar más todavía las ganancias de los que más ganan. Y aún nos queda año y medio para volver a votar. Sería bueno que al menos entonces pensáramos un poco y votáramos con la cabeza. Que somos muchos los que estamos sufriendo este despropósito y solo unos pocos los que se aprovechan de él. Si es que nos queda cabeza para entonces.

lunes, 16 de junio de 2014

Las redes sociales y la educación

A raíz del asesinato de la presidenta de la Diputación de León, hace un mes, se desató la polémica de las redes sociales. A botepronto y sin pensar, como suele ocurrir en las redes, hubo un número significativo de individuos que publicaron barbaridades sobre la fallecida. No eran unas barbaridades distintas a las que se publican en las redes un día sí y otro también, pero al estar relacionadas con la muerte violenta de una persona, que además era una política destacada, y además del PP, repentinamente hubo un rasgado masivo de vestiduras. Repentinamente algunos se dieron cuenta de las barbaridades que se publican y de que esas barbaridades quedan por lo general sin castigo. Durante varios días algunos tertulianos conservadores defendieron el regular mediante leyes los límites de uso de las redes sociales, lo que hubiera sido intentar resolver una barbaridad con otra mayor, casi como poner puertas al campo.

lunes, 9 de junio de 2014

El verdadero referéndum

Los resultados de las Elecciones Europeas y la Abdicación del Rey Juan Carlos han capitalizado todas las informaciones no deportivas de los medios de comunicación en las últimas semanas. Las informaciones y las tertulias. Y la crítica de las informaciones y de las tertulias. Encender una radio o una televisión, incluso abrir un periódico, empieza a causar una sensación de hastío. Porque la acumulación de datos, aunque se trate de datos intrascendentes, como la descripción de la escalera por donde subirá el nuevo rey, los colegios donde estudió, las capitanías que acumula, forman una hojarasca de datos que colapsa el entendimiento.

lunes, 2 de junio de 2014

La impotencia de una institución

El modo en que ha abdicado el rey Juan Carlos es significativo. De forma inesperada, un lunes por la mañana, después de las elecciones europeas y a través del presidente Rajoy.
Si es cierto que estaba decidido desde enero, parece obvio que se ha estado buscando el momento más oportuno para hacer pública la noticia. ¿Por qué este momento es más oportuno que otros anteriores? ¿Es porque han pasado las elecciones? ¿Porque las elecciones han deparado un varapalo para los dos partidos que han venido sosteniendo el peso de la transición?
Como dice Alberto Garzón, la Monarquía es la tercera pata del bipartidismo. Forma parte de una estructura perfectamente diseñada para que todo vaya sucediéndose sin cambiar. Y ahora, que ha empezado a temblar esa estructura, hay que introducir elementos aparentemente nuevos, nuevas caras en los mismos partidos y en las mismas instituciones, para que tengamos la sensación de que se renuevan.
No debemos dejarnos engañar. La monarquía en España la restituyó Franco, un personaje que representa cualquier cosa menos una democracia. El que Felipe pueda convertirse en jefe de Estado sin habérselo ganado, solo por haber nacido en una familia de sangre azul, nos remite directamente a la Edad Media.
Y no me sirve que alguien objete que otro personaje como Aznar podría convertirse en Jefe de Estado. Si una mayoría le vota, será un Jefe de Estado democrático, que podrá dejar de serlo en las siguientes elecciones si la mayoría no le respalda.
Solo hace falta creer en que la mayoría puede cambiar las cosas. Solo hace falta dejar de tener miedo a los cambios, cuando los cambios son justos. Y eso pasa por empezar a tomar responsabilidades. La responsabilidad de pensar. La responsabilidad de votar. La responsabilidad de atreverse a cambiar las cosas. Porque las cosas no están funcionando.
“La modélica transición”, con la que nos han machacado los oídos, está apoyada en una institución medieval, la Monarquía. Y sigue manteniendo en el poder a quienes no creen en el reparto de la riqueza, a quienes ni siquiera admiten que después de casi un siglo se pueda enterrar en paz a los muertos de los dos bandos de la Guerra Civil.
Hay una multitud que está dispuesta a creer y a cambiar las cosas. Una multitud que le dijo a Cospedal el sábado en Toledo que no había nada que celebrar en el día de la Región. Una multitud, repartida en todas las ciudades españolas, que les dijo ayer a los que tienen que sancionar el cambio de Rey que no somos unos niños, que exigimos que se nos consulte porque, en caso contrario, hagan lo que hagan, no estarán legitimados por la verdadera democracia. No será con nosotros, sino a pesar de nosotros. Una imposición más.

lunes, 26 de mayo de 2014

Un nuevo horizonte

La resaca del fin de semana nos deja ante un horizonte esperanzador. Las intensas emociones futboleras no han conseguido eclipsar las elecciones europeas. Casi la mitad de los ciudadanos que podían votar, lo han hecho. Y lo han hecho en proporciones distintas a la última llamada a las urnas de Europa. Entre PP y PSOE juntos no llegan al 50% de los votos. A pesar de su dominio sobre las televisiones y los medios de comunicación, el bipartidismo ha sufrido un golpe muy fuerte, digan lo que digan sus líderes. Por el otro lado irrumpe con una fuerza enorme PODEMOS, que se convierte en el cuarto partido, detrás de los hegemónicos y de Izquierda Unida.
Desde la nada, en cuatro meses, PODEMOS ha conseguido situarse en una posición de fuerza en el panorama nacional. El mensaje de Pablo Iglesias de romper con la casta de los políticos ha calado en una población que está harta de ver siempre a los mismos, con los mismos discursos, turnándose para que nada cambie. Ya se habla de que en Europa van a pactar Populares y Socialistas, para asegurar la estabilidad del sistema, según dicen, o sea para seguir haciendo lo que dictan los poderes financieros. Ese pacto que en España sugirió Felipe González y por el que se rasgaban las vestiduras los líderes del PSOE, en Europa es lo normal.
En otros países, como Francia, el castigo ha sido peor. Los que han subido han sido los xenófobos de Le Pen. En España hemos tenido más suerte. Podemos es un partido de izquierdas. La gran ventaja de PODEMOS es que ha irrumpido en el panorama y, a diferencia de otros partidos de izquierda, da la sensación de no tener definido un techo máximo de votos, de poder seguir creciendo hasta ser tan grande como los grandes.
Pero no hay que lanzar las campanas al vuelo pensando que estos resultados pueden extrapolarse a las autonómicas y municipales del año que viene.
En primer lugar, en esas elecciones solo se podrá votar listas municipales en donde se hayan conformado listas. Y la sensación es de que, en un año, no va a dar tiempo de extender adecuadamente una red tan amplia. Se corre además el peligro de, por no ir con cuidado, alinear a arribistas, a desertores de otras fuerzas, tan ansiosos de poder y tan inmorales como los mismos contra quienes está luchando PODEMOS.
Además, el modo de contar los votos en las municipales y autonómicas es diferente. Gracias a la ley electoral que Cospedal se ha preparado a la medida, más o menos con los pocos votos que ahora ha obtenido, volvería a revalidar la mayoría absoluta.
Por otra parte, PODEMOS ya no es una sorpresa. Hasta ahora, como no le tenían miedo, los medios de comunicación, casi todos controlados por el PP, le han dado cancha. Ahora no le van a dar ni agua. Ya le he escuchado a algún tertuliano soltar, sin despeinarse, algo así como que Pablo Iglesias militó en ETA y que es un maltratador.
Pero el mayor problema lo va a tener con sus posibles alianzas. PODEMOS e Izquierda Unida se dirigen a un electorado muy parecido. Se están quitando votos el uno al otro. Lo natural sería unirse. De hecho, los líderes de ambos partidos han aludido a esa posibilidad, sin entrar en honduras. Sin embargo, el electorado de izquierdas ha demostrado ser extremadamente sensible y extremadamente voluble. Cualquier mínima variación en sus expectativas supone que retirarán la confianza. Y las diferencias entre PODEMOS e Izquierda Unida, que vistas desde fuera parecerían insignificantes, vistas desde un votante de izquierdas pueden ser abismales.
Con lo que, quizá el mayor de todos los problemas de PODEMOS es cómo manejarse a partir de ahora en estos espinosos desfiladeros.


martes, 20 de mayo de 2014

Contra los mensajes subyacentes de las elecciones


Hay por aquí cerca quien se rasga las vestiduras porque, en Radio Chinchilla, se critique el bipartidismo y sin embargo no dice ni pío de que se celebre, en una televisión nacional, un debate donde solo aparecen dos candidatos. Ambas cosas suceden en medio de la campaña electoral para las elecciones del próximo domingo. Y tienen una repercusión abismalmente distinta. En la televisión lo puede ver toda España. Radio Chinchilla tiene un número digno, pero limitado de oyentes. Aquí no pedimos el voto para nadie en concreto. En la televisión pasa todo lo contrario: de 39 candidaturas a las que podremos votar el domingo, solo aparecen dos, el PSOE y el PP. Como si las demás no existieran.
En todo el debate televisivo, que estaba cuidadosamente pactado para que nadie se saliera del guion, no se habló para nada de Europa. Que es de lo que se trata, ¿no? Es más, la candidata del PSOE ni siquiera tocó ni de pasada la revelación más importante de la semana: que el juez Pablo Rus, tras investigar concienzudamente los papeles de Bárcenas, considera probado que el PP financió sus campañas electorales de manera ilegal y que estuvo pagando sobresueldos a sus líderes con dinero negro. O sea, que ha estado haciendo trampas en las campañas y que ha estado engañando a Hacienda, que somos todos.
Por supuesto es relevante que, en un debate para las elecciones del próximo domingo, la candidata del PSOE no ataque a su contrincante por ese flanco, sino que se limite a decir que es un machista, que también lo ha demostrado, por otra parte. Y también es relevante que todos los medios de comunicación, afines a uno y a otro partido, repitan que en las elecciones del domingo va a haber una abstención récord de casi el 45%.
Los mensajes subyacentes de todo esto son varios: no voten a ningún otro partido, que solo hay dos. Mentira, hay treinta y nueve. Para qué molestarse, si todas las candidaturas son iguales. Mentira, hay al menos treinta y siete que no han tenido nunca la oportunidad de demostrar que pueden actuar de otra manera. No voten, que todo va a seguir igual. Como va a seguir igual, sin ningún lugar a dudas, es si no votan. En países como Uruguay y Costa Rica tienen candidatos inesperadamente normales, inesperadamente ajenos a los partidos mayoritarios, porque los ciudadanos han ido a votar a otros en vez de rendirse antes de tiempo.
Podemos estar indignados y podemos estar desmoralizados. Pero eso son sentimientos. Ante los sentimientos se puede reaccionar de muchas maneras. Pasando de las elecciones, haciendo un voto de castigo para nadie, que es un partido que no ha ganado ni ganará nunca, o votando a cualquier otro, a ver qué pasa. En principio, pasará que se rasgarán las vestiduras los que ven normal que solo parezca que existen dos partidos.


martes, 13 de mayo de 2014

Hay vida más allá del bipartidismo

Estamos ya en campaña electoral para las elecciones del domingo 25 de mayo. Solo faltan dos semanas para que se abran las urnas. Y cualquiera lo diría. En esta campaña de baja intensidad, hay apariencias que pueden engañarnos.
Primero parece que no nos jugamos nada. Mentira. Cada vez más dependemos de las ordenanzas europeas, que deciden en cosas tan trascendentales como si nos apretamos más el cinturón o nos lo dejamos de apretar.
Segundo, parece que solo tendremos que decidir entre dos partidos. Solo hay dos candidatos que salen en todos los medios. De los demás se habla poco, como de pasada, se habla mal o directamente no se habla. La realidad, que a algunos puede sorprenderles mucho, es que el día 25, cuando recojamos las papeletas, veremos que tenemos que elegir entre 39 candidaturas. Que se dice pronto. 39.
Algunos de esos 39 partidos, están coordinados con otros partidos europeos, de tal manera que el candidato que figura en la lista europea, en caso de recibir la mayoría de votos, no va a ser el candidato de ese partido a la Presidencia de la Comisión Europea.
Por ejemplo, los votos de PP y del Vox respaldan a Jean Claude Juncker, un luxemburgués que lleva ocho años presidiendo el eurogrupo. El eurogrupo es extraoficialmente el ministerio de economía de la eurozona. Osea, que Juncker, el candidato del PP, lleva ocho años presidiendo las políticas que nos tienen hasta el cuello.
Los votos del PSOE apoyan la candidatura de Martin Schulz, un alemán, el actual presidente del Parlamento europeo, por cierto no solo gracias a los votos socialistas, sino gracias también a los votos Populares. Sí los del PP de Europa.
Las candidaturas de Izquierda Plural y de Podemos respaldarían al griego Alixis Tsipras, líder de Syriza, el partido de la izquierda griega, crecido a raíz de la crisis económica del país heleno.
Los Partidos Nacionalistas y Ciudatans promueven a Guy Verhofstadt, un belga de la parte flamenca, defensor de la dictadura de los mercados.
Primavera Europea, los Verdes y Lésquerra están detrás de dos candidatos: la jovencísima alemana Ska Kener y el francés José Bové.
Lo mismo pasa con la Confederación Piratas, que promueve a la presidencia a los suecos Ameia Andersdotter y Peter Sunde.
El resto de los 39 partidos que aparecerán en nuestra papeleta de voto no aspiran a la presidencia de la Comisión Europea. No se han agrupado con ningún otro partido europeo. ¿Qué pasaría si alguno sale elegido? Que se encontraría trabajando como no adscrito en la Comisión, por su cuenta. Llama la atención que ese grupo esté la UPYD.
Lo que está claro es que ningún escaño se va a quedar sin ocupar. El que no vote, consiente que la mayoría elegida ocupe más escaños. Y ya se está viendo que, si se confirma que muchos van a abstenerse en España, el PP puede ganar con solo el 13% de los votos. Con la décima parte. Uno de cada diez.
Hemos escuchado y sabemos lo que dicen los dos partidos mayoritarios. Pero sobre todo, también sabemos y estamos sufriendo lo que hacen. Tanto Juncker como Shulz llevan años gobernando Europa. Creo que es hora de que probemos con otros. El día 25, está en nuestras manos que haya vida más allá del bipartidismo.


martes, 6 de mayo de 2014

Demostrado, el fracking es perjudicial para la salud

El pasado día 22 de abril, un tribunal de Estados Unidos condenó a la industria petrolera Aroba Petróleum a indemnizar a una familia por enfermarlos con la práctica del fracking. Es la primera vez que se reconoce judicialmente que el fracking es perjudicial para la salud.
El fracking, también conocido como fractura eléctrica, consiste en sacar gas de rocas situadas en el subsuelo. Para ello se bombardean las rocas con agua a presión para romperlas y extraer el gas, que luego se envía a la superficie. Pero no se bombardea solo con agua. Disueltas en ella hay arena y un cóctel de sustancias químicas que la petrolera no tiene por qué revelar, porque se considera secreto industrial.
Hay que recordar que el actual ministro de Energía, José Manuel Soria, se ha declarado ferviente partidario del fracking. De hecho ha permitido varias decenas de estudios para buscar gas en el subsuelo mediante este método. Uno de ellos, muy cerca de nosotros, en la provincia de Albacete, en la comarca de Montiel.
En la Comunidad Europea, a cuyos responsables vamos a elegir en pocas semanas, se lavan las manos. Hay países como Polonia y el Reino Unido, que defienden el fracking. Y hay otros que lo prohíben, como Francia y Bulgaria. Para no reñir, la Comunidad ha dictado unas recomendaciones tan inconcretas que cada cual las interpreta como quiere.
Desde que se ha popularizado en Estados Unidos, los expertos en salud han denunciado que el fracking es malo para los ciudadanos en varios frentes. El gasto de agua para bombardear la roca es el menor de ellos. También puede ocasionar terremotos y contaminar los acuíferos. No olvidemos que bajo la superficie de la provincia hay un gran acuífero que compartimos y que en Montiel están las Lagunas de Ruidera.
Pero es la primera vez que se ha reconocido que las sustancias que se disuelven en el agua son peligrosas para la salud. La familia de Texas a la que la petrolera tiene que indemnizar, sufría migrañas, vómitos, sarpullidos, hemorragias y fiebres. De hecho tuvo mudarse a otro lugar. Entre esas sustancias se ha detectado benceno, y hasta otros doce elementos que producen, entre otras cosas infertilidad y cáncer.
Y todo para extraer un gas que es tan escaso como el mismo petróleo. Teniendo como tenemos todo el sol y todo el viento que queramos para producir energía, quién entiende que la actual ley de energía penalice a quienes los usan y siga buscando maneras de complicarnos la vida. Solo hay una explicación posible: las petroleras ganan más dinero quemando petróleo y gas. Y los que las favorecen desde los gobiernos también, claro.



martes, 22 de abril de 2014

¿El CIS arrima el ascua a su sardina?

Más que nunca, tenemos toda la información a nuestro alcance. Pero es tanta, que no da abasto uno a leerla toda. Menos aún a asimilarla y sacar conclusiones. Por eso son útiles los blogs que, además de aportar información, ayudan a analizarla. El blog Nada es Gratis analiza las encuestas del CIS y la intención de voto en España.
El CIS es el Instituto de Investigaciones Sociológicas. Continuamente está realizando encuestas sobre asuntos de interés público. Depende del Ministerio de la Presidencia, lo que quiere decir que lo gestiona directamente el Gobierno de España. El gobierno de turno. Y, por cierto, es el propio gobierno el que decide qué criterios se aplican a la hora de calcular las estimaciones. Porque las encuestas no son sagradas ni infalibles ni se hacen solas. Hay que decidir qué se pregunta y cómo se pregunta. Además, se pregunta solo a una parte pequeña de la población, por lo que hay que decidir de qué manera se hacen extensivos los resultados a toda la población.
Una de las cosas sobre la que más encuesta el CIS es sobre lo que van a votar los españoles. Lo que votarían en cada momento. En el último barómetro, en enero, el 22,5% de los encuestados dijeron que votarían o al PP o al PSOE. Es decir que, juntos, suman menos de la cuarta parte de los votos posibles. El conjunto de los demás partidos sumarían casi lo mismo, un 21%. Es decir, prácticamente empatan los dos partidos y el resto. De cada tres encuestados, uno no votaría. Pero hay otra cuarta parte que tienen sus dudas, que no saben o no contestan. Estos son los indecisos.
El CIS siempre hace una corrección pensando que algunos indecisos van a terminar decantándose por uno u otro partido. ¿Cuántos indecisos dejarán de serlo? Es un cálculo que al final queda en manos del que hace la encuesta, o sea, el Gobierno de turno.
Pues bien, en esta ocasión, aunque los encuestados dan un empate técnico entre el bipartidismo y el resto de partidos, a la hora de cocinar la encuesta, el CIS calcula que 2 de cada 3 españoles que voten lo harán por uno de los grandes, mientras que solo 1 votará a los pequeños. En definitiva, que de un empate, pasamos a una victoria, no ya del bipartidismo, sino de cada uno de los dos partidos.
Esto es lo que dicen el CIS, que no explica los criterios que ha seguido. ¿Acierta? Empezaremos a saberlo dentro de un mes, el 25 de mayo, que tenemos elecciones europeas.

domingo, 23 de marzo de 2014

Aprendiendo a contar de nuevo

En pocas semanas, los dos periódicos más leídos de España, que todavía se editan en papel, han cambiado de director. El País y El Mundo. El Mundo ha depuesto a su fundador, Pedro J. Ramírez. El País ha salido al paso de la crisis económica que sufre.
A nadie que esté dispuesto a sumar dos y dos se le escapa que la coincidencia en este cambio es más que sospechosa. Sospechosa porque las casualidades no existen. Sospechosa porque, si algo ha caracterizado al gobierno de Rajoy desde que subió al poder, es el afán por asegurarse el control absoluto de la información que llega a los ciudadanos. La desaparición de cabeceras como El Público o como La Verdad en Albacete obedece solo aparentemente a la crisis. Todos sabemos que los periódicos viven de la publicidad, y todos sabemos también que, cuando las grandes empresas dejan de publicitarse, la publicidad institucional es el último recurso. Y las instituciones del PP se reservan el derecho a sostener a los medios que dicen lo que ellos quieren que se diga. Por eso sobreviven periódicos que no se venden, se regalan, mientras que lo pasan muy mal los que sí que se venden, precisamente porque cuentan lo pasa, en vez de lo que el gobierno quiere que se cuente.
El cambio brusco de directores en El Mundo y El País ha supuesto también un cambio importante en cómo cuentan las cosas. Para ejemplo, basta observar lo que pasó con la macro-manifestación del sábado en Madrid. El Mundo directamente bajó la noticia de la cabecera y antepuso el número de heridos y detenidos al número de manifestantes. Anteponer el número heridos en un suceso que ocurrió al terminar la manifestación, por la acción de un puñado de exaltados, y citando solo los heridos de la policía, es quitar importancia a que lo que allí se produjo es la manifestación más numerosa de la democracia. Que pedía la dimisión del Gobierno. Es decir, una estrategia favorable al Gobierno.
Lo de El País es todavía más desasosegador, pues siempre había sido un medio de referencia. En la portada del domingo, cifró en 50 mil personas el número de manifestantes. Para contar 50 mil personas entre Atocha y la Plaza de Colón, sin un hueco, abarrotadas, y con manifestantes llegando desde las calles aledañas, hay que ser mal cubero. No digo que fueran dos millones y medio como exageran los organizadores. Pero 50 mil personas son la mitad de las que caben en el Santiago Bernabeu lleno. Y allí había bastantes más.

Hay que ir tomando conciencia. Ya no nos podemos fiar ni de las televisiones ni de los periódicos más prestigiosos. Solo podemos creer lo que veamos con nuestros propios ojos. Y lo que seamos capaces de deducir, pensando. Hay que estar para conocer. Hay que pensar para saber.

lunes, 10 de marzo de 2014

Representantes lejanos



Recientemente, la presidenta regional Dolores Cospedal trajo a la princesa Leticia de visita a Albacete. Entre otros lugares, se acercaron a la Universidad Laboral. Resultaba intrigante preguntarse: Qué hace la presidenta de Castilla-La Mancha con la nuera de los Reyes de España? ¿Qué hacen precisamente en Albacete? ¿Qué hacen visitando un centro educativo de una de las autonomías que más recortes han sufrido en la Educación Pública, hasta el punto de que prácticamente ha quedado devastada?
Los medios informativos dijeron que se trataba de una reunión de trabajo sobre la Formación Profesional dual. La educación profesional dual es uno de esos inventos que quieren aparentar más de lo que son. Básicamente, que mientras uno trabaja en una empresa, puede sacarse un título académico. Ahora que casi nadie trabaja porque no hay trabajo. ¿Y además, Cospedal y la princesa qué atribuciones tienen en la educación en general y en la Formación Profesional en concreto?
El caso es que, por si alguien quería indagar más, ya se encargaron las dos damas de mantener una distancia sideral con los ciudadanos. Las dependencias de la Universidad Laboral que no formaban parte de la visita fueron desalojadas. En algunos lugares se dieron instrucciones de que el personal no se acercase a saludar. Los descontentos que vinieron con pancartas a abuchear a la Cospedal fueron retenidos a un kilómetro de distancia, detrás de vallas y policía y guardaespaldas, como si estuviéramos en el Líbano o Siria y hubiera peligro de atentado en coche bomba.
Ambas damas parecen haber olvidado que son personajes públicos y que se deben a la ciudadanía. Una porque está ahí porque fue elegida en las urnas. Es decir, es una ciudadana más, en labores ejecutivas durante cuatro años. La otra porque forma parte de una institución, la casa Real, que emana igualmente del pueblo. Las dos cobran del pueblo. Y sin embargo, se comportaron como dos cortesanas inaccesibles, que taconeaban sobre una nube elevada sobre Albacete, sobre Toledo, sobre el planeta Tierra. En Ávalon o en el Olimpo, lejos de los mortales a quienes en teoría representan.