La experiencia es la madre de la
ciencia. Debemos aprender de lo vivido. ¿Qué sabemos del recibo de la luz? Que
no ha bajado nunca, salvo para volver a subir. Que no ha dejado de subir desde
que tenemos memoria. También sabemos que la electricidad, que es una materia
estratégica, que debería ser de todos, como el agua, como la sanidad o la
educación, está privatizada. Y no hace tanto de ello. La privatización de
Endesa empezó en 1988 y fue culminada en 1997. Curiosamente, dos de los
presidentes del gobierno que llevaron a cabo la privatización han sido
contratados por las eléctricas como asesores o consejeros. Felipe González y
Aznar. No sabemos muy bien asesores y consejeros de qué. Pero sí sabemos que
los sueldos son de entre 150 y 200 mil euros anuales. También sabemos que todos
los intentos de favorecer a los que no pueden pagar el recibo, como el bono
social o la tregua invernal, han sido rechazados por las mayorías gobernantes.
Y que somos nosotros, los ciudadanos de a pie, en nuestros recibos de la luz,
los que estamos soportando ese peso. ¿Cómo? Solo la mitad de lo que pagamos corresponde a la energía que hemos gastado. Sabemos además que, con estos
mimbres, las eléctricas están ganando más de 50 mil millones de euros anuales.
Y, sin pedirnos permiso, a tenazón, nos han puesto contadores electrónicos, que
nos irradian de ondas electromagnéticas, para que no nos escapemos. Sabiendo
todo esto, ¿podemos esperar que los tan cacareados cambios en las tarifas nos
beneficien a los consumidores? Está claro que no. ¿Tenemos entonces que
resignarnos a que nos sigan explotando? Tampoco. La misma experiencia nos
demuestra que en Madrid, los ciudadanos le han ganado la partida a la
privatización de la sanidad. La experiencia nos demuestra que, cuando estamos
unidos, tenemos un método y nos mostramos firmes, podemos recuperar nuestros
derechos. Solo hace falta ponerse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario