Hace un par de semanas Acción Chinchilla repartió un
folleto fotocopiado con el ánimo de darse a conocer entre la ciudadanía.
Explica quiénes son, cómo conectarse con su web y nos felicita las navidades.
Pero, también, nos muestra su talante. Todo lo anterior me parece legítimo. El
que muestre sus intenciones políticas también. Lo que a mí me preocupa es el
modo en que lo han hecho.
La opinión la vierten en dos artículos. Uno es una
carta donde un ciudadano anónimo describe el último pleno de nuestro
ayuntamiento, el que celebramos el viernes 28 de noviembre. Otro es un
artículo, también sin firma, titulado: “¿Cuál es nuestro escudo?” Este último
artículo me recrimina a mí personalmente que haya planteado el cambio de escudo
de la ciudad precisamente en este momento en el que, leo textualmente: “además
de haber seguro otras necesidades más urgentes, las arcas están, digamos en su
mejor momento”. Entiendo que quieren decir que las arcas no están en su mejor
momento.
Mi preocupación se basa en varias cuestiones. La
primera es que los artículos vayan sin firma y los que acusan en ellos en vez
de dar la cara se resguarden en el anonimato, en el calor del grupo, ahora que
todos reclamamos transparencia en la política.
La segunda preocupación es que, con todo lo que se
puede debatir en estos momentos, un debate que nos podría enriquecer, solo se
les ocurra centrarse en el escudo, que a mí se me antoja un tema bastante
secundario.
La tercera cosa que me preocupa es que asocien la
economía del Ayuntamiento con el escudo; ¿qué tendrá que ver una cosa con
otra?, esto por no añadir que la economía del Ayuntamiento no está tan mal como
dan a entender. Está ajustada, es cierto, pero no le debemos dinero a nadie.
La última de las cuestiones que me preocupa es que en
el Pleno de noviembre se habló de los símbolos municipales, el escudo y la
bandera, pero el escudo de Chinchilla permanece vigente desde 1991, desde que
Luis Guillermo García Saúco publicó la heráldica municipal de la provincia de
Albacete y la mayoría de ayuntamientos, entre ellos Chinchilla, adoptaron los
escudos que el historiador proponía, con el respaldo del Instituto de Estudios
Albacetenses.
Desde luego, puede haber quien tenga algo que objetar.
Pues nada, que lo plantee formalmente. Y, claro, si quiere cambiar algo del
escudo vigente, que respalde la propuesta con argumentos válidos, avalados por
una institución de peso. Hacerlo correr en un folleto sin firma no es serio. A
lo mejor ellos sienten que así crecen. Yo creo que la forma no ayuda a nadie ni
genera un debate constructivo.
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