Llevamos varias semanas observando
cómo los medios de comunicación se afanan en desacreditar a Podemos.
Y no porque los responsables
nacionales de Podemos lo estén haciendo peor que antes, sino porque a los
dueños de los medios de comunicación nacionales, que en España son todo menos
independientes, no les interesa que gane Podemos.
Los de la derecha, por lo general,
son torpes y solo consiguen lo que ya tenían, que la derecha se desmarque del
apoyo a Podemos. Más sutiles son medios como el diario El País o el propio
canal de televisión La Sexta, que en otro momento parecían apoyar al partido de
Pablo Iglesias, y que ahora van lanzando andanadas, cargas de profundidad.
El objetivo de estas cargas es crear
dudas. Insisten en que, donde antes Iglesias había dicho unas cosas, ahora dice
otras. Que se está echando para atrás. Que se está volviendo socialdemócrata.
Dudas sobre lo que dice y lo que
deja de decir, sacando muchas veces de contexto sus declaraciones. Con otros
partidos, no les ha hecho falta. Izquierda Unida no ha existido hasta ahora
para los medios, y en estos momentos solo existe cuando ataca a Podemos.
Por mi parte, y desde fuera, las
dudas me parecen estupendas. Porque son dudas sobre lo que dicen y no sobre lo
que hacen, ya que aún no han tenido oportunidad de hacer nada, ya que no han
tenido la posibilidad de gobernar.
En cambio, de otros partidos tenemos
certezas. Certeza de que prometieron unas cosas y las incumplieron todas sin
excepción, en el caso del PP. El Psoe se queja de la ley electoral pero no la
cambiaron cuando ellos podían y no les interesaba. Cambiaron en cambio la Constitución,
el artículo 135, a favor de los bancos, sin consultar a los ciudadanos. Y eso,
con toda certeza, no es un acto de izquierdas.
Benditas las dudas sobre Podemos.
Bendita y digna la lucha de Izquierda Unida, gritando en el silencio de los
medios. Benditas las dudas creadas artificialmente sobre quienes nunca han
gobernado.
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