domingo, 12 de abril de 2015

Apostamos por lo que nos hace únicos

En este mundo en el que todo tiende a la uniformidad, desde las modas hasta el modo de pensar, tenemos que explotar lo que nos hace diferentes. Esta semana he recordado un comentario del poeta Antonio Gamoneda cuando lo sacamos a pasear por Chinchilla una noche. Dijo: me impresiona esa diferencia de alturas, de planos, de perspectivas, que ofrece la ciudad al que la mira.
He recordado esa visión de la ciudad desde los ojos de un poeta, al observar una de las fotografías que Jesús Aparicio ha tomado de la reciente Semana Santa chinchillana. Se ve una de las procesiones desfilando por tres planos, a tres alturas distintas. Hay muchas ciudades con buenas Semanas Santas, menos con bozainas que interpreten una melodía histórica, menos todavía que permitan contemplar esas perspectivas diferentes. Y ninguna otra con nuestro canto de la Pasión.
Jesús Aparicio Albuger, hijo de chinchillana, está exponiendo estos días, en el Claustro de Santo Domingo. Es un fotógrafo de raza. Ha llenado la Galería de pájaros, de lobos, de paisajes manchegos. También de cabras chinchillanas. Y ahora de una selección de sus fotografías de la Semana Santa. Merece la pena echar un vistazo en las tardes de miércoles, jueves y viernes, y también el sábado por la mañana y por la tarde, antes de que cierre el domingo 19 de abril por la tarde.
También merece la pena echar un vistazo a otra de nuestras singularidades. Esos pasos infantiles de Semana Santa, que están expuestos en el Pósito hasta el domingo. En un mundo de proyectos faraónicos, lo pequeño siempre tiene un valor añadido. En un mundo que intenta continuamente parecerse a sí mismo, podemos encontrar dos rincones de Chinchilla que apuestan por lo que nos hace diferentes: las fotografías de Jesús Aparicio en el Claustro y los pasos infantiles de Semana Santa en El Pósito.


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